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sábado, 24 de abril de 2010

Arroyo, Mariano De María


Un día, en su departamento de Nueva York, un empresario argentino se levanta, va al baño, se mira en el espejo y piensa en un arroyo. Luego, va hasta el aeropuerto y se toma un avión a Buenos Aires. Una vez en Ezeiza, consigue un taxi y llega hasta Aeroparque donde toma un vuelo charter hasta Córdoba. Averigua en la terminal y se sube a un micro que lo lleva hasta La Falda. Desde ahí sigue el camino a pie hasta llegar al arroyo.

Cuatro piedras se encuentran flotando sobre el agua y son la única manera de cruzarlo. El empresario se acerca y pone un pie en la primera piedra, un pie en la segunda y cuando quiere pasar a la tercera se da cuenta que no puede porque hay una persona enfrente de él, con sus pies en las otras dos piedras.

- ¿Qué haces? –pregunta el empresario.
- Trato de llegar a Nueva York –responde la persona.




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